Es un día de lluvia,
Es un día contigo.
Las gotas golpean
Ruidosas con el viento.
Minutos y miradas
Momentos del destino,
Corazones que palpitan
Junto al ardiente fuego,
Mientras mis palabras
Ya no son un juego.
Cristales empañados,
Que escudriñan acertijos,
A la espera de lo imposible,
Aspirando lo inalcanzable.
Segundos de una tarde
A donde retornan,
Inmortales, mis anhelos.
Esperando siempre tenerte,
Deseando siempre amarte,
Queriendo sólo ser tuya,
Y jamás perderte.
Pretendiendo apasionarte,
Intentando no ambicionarte,
Para poder así soñarte
En los suspiros de mi lecho,
En los que, de hecho,
Rondas mi duerme vela
Donde a la luz de una espera.
Adornada por la oscuridad,
La acompaña tu mirada
En dulces recuerdos,
Cómplices de mis pensamientos,
Guardianes eternos
De mi amor y voluntad.
Pero las galopantes horas
Colgando de un reloj,
Escolta el tiempo, sombrío,
De llantos de nubes
Oscuras que nos arropan
Desde un cielo apagado
Que llora por codiciar,
Amores que no tiene
Y que otros aman sin meritar.
El tic tac de las horas
Llega siempre, certero,
Con el momento odiado,
Con la hora de la marcha
Con un adiós pausado
De un rítmico
“Te quiero”.